Desde el siglo XV y durante la festividad de San Sebastià el pueblo de Tossa de Mar celebra un voto de peregrinación de casi 80 km entre ida y vuelta hasta la población de Santa Coloma de Farners.
El origen de esta peregrinación se encuentra en una epidemia de peste negra que masacró al pueblo durante el siglo XV cuando sus habitantes prometieron a Sant Sebastià que si acababa con la enfermedad realizarían cada año una peregrinación hasta el vecino pueblo de Santa Coloma de Farners.
El honor de ser Pare Pelegrí
El ritual se inicia con una misa solemne y mucha expectativa a las 6 de la mañana del mismo día de Sant Sebastià con la elección del Pare Pelegrí que será el que encabece la procesión acompañado de todas los vecinos que quieran acompañarlo para cumplir el voto. El Pare Pelegrí siempre es escogido en riguroso secreto por el Mossèn del pueblo y el Síndic del Ayuntamiento. Para ostentar el honor de ser elegido Pare Pelegrí es condición indispensable ser varón, haber nacido en Tossa de Mar y manifestar la voluntad de serlo.

Al finalizar la misa el Pare Pelegrí inicia la procesión junto a cientos de acompañantes, muchos de ellos caminando descalzos para cumplir una promesa o por fervor religioso, todo ello entre una letanía de rezos y una solemne espiritualidad. La comitiva llega hasta Santa Coloma de Farners y al día siguiente hace el camino de vuelta.
La vuelta con el voto cumplido
Las autoridades locales reciben al Pare Pelegrí y a su comitiva a la llegada al pueblo. La procesión finaliza con una peregrinación a las tres iglesias de la localidad y con la encendida de cirios que acompañan al séquito a través de las empedradas callejuelas de la Vila Vella. Es entonces donde se crea un momento mágico con los cirios y antorchas iluminando las murallas de la ciudadela y con el sentimiento del deber cumplido. Un año más el voto se ha celebrado.
